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¿BUENOS DÍAS? SEÑORA PING CELESTIAL...

 

 

¿Buenos días? Señora Ping celestial...

 

¿qué tal ha pasado usted la dulce noche, han despedido

buenamente su fragancia las plantas traviesas y misteriosas,

 

y ojalá ninguno de sus otros lactantes

haya sucumbido a la peste levantina!

 

¿Ha observado usted ya, misericordiosa y devota señora,

los sugestivos, inquietos y piadosos pajarillos, llamándose

 

agitadamente por teléfono, diciéndose: hola, soy Pepito,

te vienes a mi rama –ay, los graciosos y animados

 

pajarillos, todos todos para mi gata,

esa madre tan sufrida y triste. Y maldita sea,

 

esta enfermedad, mi querida señora digna de lástima,

es una granuja infame, y está claro que

 

no hay quien pueda parir contra ella, si hasta

el sector funerario, ese íntimo convecino, ese

 

conocidísimo servidor también de leche tibia,

subido a sus luengas patas traseras

 

casi no da abasto con las inhumaciones,

¿verdad señora Ping, con su radar abigotado,

 

su doble gorro en punta y ojos majestuosos?

Más vale ahora sentarse sin melancolía en

 

el riguroso aire perfumado de la mañana, mientras

el sol es todavía suave y las cortinas ondean

 

alegremente al viento. Oh, sublime gata de rabo espigado,

queridísima taciturna oligofrénica, mire usted:

 

entre los guijarros se pasea un bichito interesante,

muy pequeño, sí, pero extraordinariamente apetecible

 

allí, debajo de la hortensia azul celeste

 

 

          (A mi gata deprimida, para consolarla

          con motivo de la muerte de su ventregada)

 

 

F. Harmsen van Beek (extraído de: Geachte Muizenpoot en achttien andere gedichten [Estimado Pata de ratón y otros dieciocho poemas], 1965)

© Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en «Poesía contemporánea en lengua neerlandesa», Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993.